Publicado el mayo 17, 2024

La frustración de ver cómo tu obra se desvía de lo planeado no se soluciona discutiendo, sino dominando las herramientas que te otorgan la autoridad legal.

  • Las órdenes verbales no tienen validez; solo lo que se escribe en el Libro de Órdenes y Asistencias es un mandato incontestable.
  • Ante un defecto, la ley española prevé la «responsabilidad solidaria», permitiéndote reclamar al agente más solvente sin tener que demostrar quién fue el culpable exacto.

Recomendación: Exige que cada decisión, cambio o instrucción se documente por escrito. Es tu principal seguro y la única forma de que tu voz sea la que realmente dirija el proyecto.

Sentir que pierdes el control de tu propia casa mientras está en construcción es una de las experiencias más angustiosas para un propietario. Las discusiones a pie de obra, las promesas verbales que se lleva el viento y la sensación de que el arquitecto y el constructor toman decisiones sin tu consentimiento pueden convertir un sueño en una auténtica pesadilla. Muchos creen que la solución es imponer su autoridad, levantar la voz o estar presentes a diario. Sin embargo, estas tácticas raramente funcionan y solo aumentan la tensión.

El problema de fondo no es de carácter, sino de método. En el complejo ecosistema de una obra, la autoridad no la da quien más grita, sino quien domina las reglas del juego. La mayoría de los propietarios desconocen que la legislación española, a través de la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE), les proporciona instrumentos muy potentes para ejercer un control férreo y legal sobre su proyecto. Pero si la verdadera clave no fuera discutir con el constructor sobre un tabique mal puesto, sino utilizar el canal adecuado para que esa corrección sea una orden legalmente vinculante?

Este artículo no es una colección de consejos de comunicación. Es una guía de mediación estratégica que te desvelará el «código fuente» de la autoridad en una obra. Te enseñaremos a dejar de ser un espectador frustrado para convertirte en el verdadero director de orquesta, utilizando las herramientas documentales y los protocolos legales que obligan a todos los profesionales a seguir tu partitura. Descubrirás por qué un email tiene más poder que una orden a gritos y cómo un documento, el Libro de Órdenes, es tu mejor aliado para que tu voluntad se convierta en ley.

Para navegar con seguridad por el complejo entramado de responsabilidades y procedimientos de una obra, hemos estructurado este contenido en varias secciones clave. El siguiente sumario te guiará a través de los puntos más conflictivos, ofreciéndote respuestas claras y soluciones prácticas para cada uno de ellos.

¿Cuántas veces debe visitar la obra el arquitecto para asegurar que todo va bien?

Una de las mayores fuentes de ansiedad para el propietario es no ver a los técnicos en la obra con la frecuencia que espera. Se preguntan si su inversión está siendo supervisada correctamente. La realidad es que no existe una cifra mágica estipulada por ley. La frecuencia de las visitas depende de la complejidad del proyecto, la fase en la que se encuentre y, sobre todo, de lo pactado en el contrato de servicios profesionales. Sin embargo, la práctica habitual del sector ofrece pistas claras.

Más importante que el número de visitas es la calidad y la finalidad de las mismas. Una visita no es un simple paseo. Debe servir para verificar que la ejecución se ajusta al proyecto, resolver dudas del constructor, tomar decisiones importantes y, crucialmente, dejar constancia de todo ello. Como propietario, tu rol no es exigir un número de visitas, sino asegurarte de que cada una sea productiva. Prepara tus dudas por escrito y exige que las respuestas y las órdenes se anoten en el Libro de Órdenes.

Algunos contratos establecen un número mínimo de visitas o una periodicidad (semanal, quincenal). Por ejemplo, en la práctica profesional se suele recomendar un mínimo de una visita semanal durante los 12 meses que puede durar una obra, lo que sumaría unas 48 visitas. Si tu contrato no especifica nada, es vital acordarlo por escrito para evitar malentendidos. Recuerda que el Director de Ejecución de Obra (aparejador o arquitecto técnico) suele tener una presencia más continua en la obra que el Director de Obra (arquitecto), ya que su función es el control cuantitativo y cualitativo de la construcción.

¿Qué hacer cuando el constructor dice que el plano del arquitecto está mal?

Este es, quizás, el conflicto más clásico en una obra. El constructor, en el terreno, afirma que una solución del plano es inviable, demasiado cara o simplemente incorrecta. Como propietario, te encuentras en medio de un fuego cruzado entre los dos profesionales que has contratado. La peor decisión que puedes tomar es dar la razón a uno de los dos basándote en una conversación informal. Aquí, más que nunca, la trazabilidad documental es tu salvavidas.

El protocolo correcto es claro: cualquier discrepancia técnica debe ser comunicada por el constructor de forma oficial. Esto significa que debe anotarla en el Libro de Órdenes y Asistencias. Una queja verbal no tiene valor ni genera responsabilidad. Una vez notificada la incidencia por escrito, la dirección facultativa (arquitecto y aparejador) tiene la obligación de responder por el mismo medio, aportando una solución, aclarando el plano o aceptando la modificación propuesta por el constructor.

Un escenario común en España es el conflicto sobre soluciones constructivas, como el tratamiento de puentes térmicos. El arquitecto puede especificar una solución de alto rendimiento energético, y el constructor proponer una alternativa más barata que considera «equivalente». Antes de autorizar cualquier cambio, exige una justificación técnica por escrito del arquitecto que confirme que la nueva solución cumple con la normativa y los objetivos del proyecto. Si el cambio implica un sobrecoste o un ahorro, debe firmarse un precio contradictorio antes de ejecutarlo. Nunca autorices un cambio de palabra.

Plan de acción: qué hacer si el constructor cuestiona los planos

  1. Exigir al constructor que notifique la discrepancia por escrito y de forma razonada en el Libro de Órdenes.
  2. Convocar una reunión en obra con el constructor y la dirección facultativa (arquitecto y aparejador) para analizar el problema.
  3. Solicitar al arquitecto una respuesta escrita, también en el Libro de Órdenes, que valide, corrija o modifique el plano en cuestión.
  4. Requerir un presupuesto detallado (precio contradictorio) si la solución implica una variación económica, tanto al alza como a la baja.
  5. Verificar que, si se trata de un error de proyecto, el seguro de Responsabilidad Civil del arquitecto cubre las posibles consecuencias.

¿Por qué las instrucciones verbales en obra no tienen validez legal ante una reclamación?

«Mueve ese tabique 10 cm». Una frase aparentemente inofensiva dicha en medio del ruido de la obra puede convertirse en tu peor enemigo financiero y legal. En el mundo de la construcción, las palabras se las lleva el viento. La única verdad incontestable es la que queda registrada por escrito en el documento oficial que gobierna la obra: el Libro de Órdenes y Asistencias. Este libro, de carácter obligatorio según la LOE, es la bitácora legal del proyecto.

Este concepto es tan crucial que merece ser visualizado. El Libro de Órdenes no es un cuaderno de notas, es el instrumento que te da el poder.

Libro de Órdenes y Asistencias abierto sobre mesa de obra con bolígrafo y casco amarillo

Como muestra la imagen, este documento es el centro neurálgico de la obra. Cada instrucción del arquitecto al constructor, cada consulta del constructor, cada visita de la dirección facultativa y cada decisión relevante debe quedar anotada, fechada y firmada. Sin esta anotación, una orden verbal es legalmente inexistente. Si pides un cambio de palabra y genera costes, el constructor podrá reclamártelos sin que tú puedas alegar que fue una mala interpretación. A la inversa, si el constructor ejecuta algo de forma distinta a los planos sin una orden escrita que lo autorice, él será el único responsable de demoler y rehacerlo a su costa.

Estudio de caso: El coste real de una instrucción verbal malinterpretada

Un propietario pidió verbalmente «mover ese tabique 10 cm». La instrucción, aparentemente simple, generó un sobrecoste de 235€ (50€ del pladurista para abrir, 75€ del fontanero para reubicar instalaciones, 50€ para cerrar y 60€ del pintor para repasar), además de dos días de retraso. Al no existir constancia escrita, el propietario tuvo que asumir el 100% del coste adicional, ya que no pudo demostrar que la ejecución no se correspondía con lo solicitado ni reclamar a nadie.

Para entender la jerarquía de poder en la comunicación de una obra, el siguiente cuadro comparativo es esclarecedor. Muestra el valor probatorio de cada canal de comunicación ante un posible litigio.

Validez legal: comunicación escrita vs. verbal en obra
Tipo de comunicación Validez legal Valor probatorio Responsabilidad
Libro de Órdenes y Asistencias 100% válida según LOE Prueba plena en juicio Vinculante para todos
Email con confirmación Alta validez Prueba documental fuerte Demostrable
WhatsApp/Telegram Validez creciente Admitido en tribunales Requiere autenticación
Instrucción verbal Sin validez No admisible Imposible de probar

¿Cómo despedir a la dirección facultativa sin paralizar tu proyecto eternamente?

La relación con el arquitecto o el aparejador puede deteriorarse hasta el punto de la ruptura. Perder la confianza en los técnicos que dirigen tu obra es una situación crítica, pero no es un callejón sin salida. Es posible sustituir a la dirección facultativa a mitad del proyecto, pero debe hacerse siguiendo un procedimiento riguroso para no incurrir en ilegalidades o provocar una paralización indefinida de la obra. No puedes simplemente «despedirlos» y contratar a otros al día siguiente.

El primer paso es intentar una mediación a través del Colegio Profesional correspondiente (de Arquitectos o de Arquitectura Técnica). Muchas veces, un intermediario objetivo puede reconducir la situación. Si la ruptura es inevitable, es imprescindible realizar una liquidación de los honorarios por los trabajos ejecutados hasta la fecha. El técnico saliente debe emitir una certificación del estado de las obras en el momento de su cese y formalizar su renuncia ante el Colegio Profesional. Este documento es vital para el nuevo equipo que entre.

Un punto clave que muchos propietarios ignoran es que el proyecto de arquitectura tiene derechos de autor. Como bien apunta el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE):

Aunque se despida al arquitecto, el proyecto sigue siendo de su autoría. El nuevo arquitecto deberá respetar el proyecto original o realizar una modificación sustancial bajo su propia responsabilidad

– Asesoría Jurídica CSCAE, Informe sobre sustituciones de arquitectos

Para garantizar una transición fluida y legal, es crucial contratar al nuevo director facultativo *antes* de que el cese del anterior sea efectivo, asegurando que no haya un vacío de responsabilidad en la obra. La transición debe quedar documentada en el Libro de Órdenes, con la firma del equipo saliente y del entrante.

El Certificado Final de Obra: ¿quién debe firmarlo para que puedas escriturar?

El Certificado Final de Obra (CFO) es el documento que acredita que la construcción ha finalizado y se ha ejecutado conforme al proyecto aprobado. Es la llave que te permite obtener la Licencia de Primera Ocupación, dar de alta los suministros (agua, luz, gas) y, finalmente, inscribir la vivienda como obra nueva terminada en el Registro de la Propiedad. Sin este documento, a efectos legales, tu casa no está terminada.

La pregunta de quién debe firmarlo es crítica y la respuesta es muy específica. En España, el CFO debe ser firmado obligatoriamente por los dos miembros de la dirección facultativa: el Director de Obra (el arquitecto) y el Director de Ejecución de la Obra (el aparejador o arquitecto técnico). Sus firmas certifican que la obra se ha completado bajo su supervisión y de acuerdo con la legalidad. Es un error común pensar que el constructor también debe firmar; el constructor firma otro documento diferente pero igualmente importante: el Acta de Recepción de la Obra.

El momento de la firma del CFO puede ser tenso si existen desacuerdos, como honorarios pendientes de pago. Un técnico podría negarse a firmar como medida de presión. En este caso, nunca se debe ceder al chantaje. La vía correcta es acudir al Colegio Profesional para solicitar una mediación o, en última instancia, interponer una demanda judicial para que un juez obligue al técnico a firmar (juicio de otorgamiento de documento), consignando judicialmente la cantidad adeudada si la hubiera. La firma del CFO es un acto debido si la obra está correctamente finalizada.

Manos profesionales firmando documentos oficiales de construcción con sellos y planos de fondo

La firma de este documento, como se aprecia en la imagen, no es un mero trámite, sino el acto formal que culmina todo el proceso constructivo y da fe de su correcta ejecución ante la administración y la sociedad.

¿Por qué el fontanero y el electricista deben entrar antes que el pladurista?

La secuencia de los trabajos en una reforma no es arbitraria; responde a una lógica aplastante destinada a evitar costes y retrasos. La regla de oro es: todo lo que va por dentro de las paredes debe hacerse antes de cerrarlas. Parece obvio, pero los errores de coordinación en este punto son una de las fuentes más comunes de sobrecostes y frustración. El pladurista (o yesero) es quien cierra los tabiques y techos, por lo que su trabajo marca un punto de no retorno.

Antes de que se coloque la primera placa de yeso laminado, todas las instalaciones (también conocidas como «tripas» de la casa) deben estar completamente terminadas y probadas. Esto incluye:

  • Las canalizaciones de fontanería (agua fría, caliente y desagües).
  • Los tubos corrugados y cajas de registro de la electricidad.
  • Los conductos de climatización y ventilación.
  • Las canalizaciones para las telecomunicaciones (internet, televisión, etc.).

Olvidar pasar un simple cable o una tubería antes de que el pladurista termine su trabajo significa que habrá que romper una pared o un techo ya terminado para instalarlo. Esto no solo implica el coste de la propia instalación, sino también el de la reparación: abrir el pladur, volver a cerrarlo, encintar las juntas, aplicar yeso y, finalmente, volver a pintar. Un pequeño olvido puede generar un sobrecoste significativo, que en casos documentados en reformas españolas puede rondar los 235€ de media por cada incidencia, sin contar los retrasos.

Estudio de caso: La importancia del mapa de instalaciones ocultas

Un propietario prudente, aconsejado por su arquitecto, invirtió 30 minutos en documentar con fotos y vídeos todas las instalaciones (tuberías y cables) justo antes de que el pladurista cerrara los tabiques. Dos años después, al querer colgar una televisión de gran formato en la pared, consultó su «tesoro digital». Gracias a esas fotos, supo la ubicación exacta de una tubería de agua caliente y evitó perforarla por milímetros. Este sencillo gesto le ahorró, según una estimación conservadora de su seguro, más de 3.000€ en reparaciones de fontanería, albañilería y daños por inundación en el parqué.

Arquitecto vs. Aparejador: ¿quién es responsable si aparece una grieta a los 3 años?

La aparición de grietas, fisuras o humedades en una vivienda nueva o recién reformada es una de las patologías más temidas. Cuando esto ocurre, comienza el baile de responsabilidades: el constructor culpa al diseño del arquitecto, y el arquitecto a la mala ejecución del constructor. Como propietario, te encuentras de nuevo en una posición difícil. Afortunadamente, la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE) establece un sistema de garantías y responsabilidades muy claro para protegerte.

La responsabilidad depende del tipo de defecto y del plazo en que aparece. La LOE establece tres plazos de garantía:

  • 10 años (garantía decenal): Para daños materiales causados por vicios o defectos que afecten a la cimentación, los soportes, las vigas, los forjados, los muros de carga u otros elementos estructurales. El principal responsable suele ser el arquitecto por errores de diseño o cálculo.
  • 3 años: Para daños materiales causados por vicios o defectos de los elementos constructivos o de las instalaciones que ocasionen un incumplimiento de los requisitos de habitabilidad (humedades, aislamiento, etc.). La responsabilidad suele ser compartida entre el aparejador (falta de control de ejecución) y el constructor.
  • 1 año: Para daños materiales por vicios o defectos de ejecución que afecten a elementos de terminación o acabado. El responsable directo es el constructor.

El siguiente cuadro, basado en el análisis de expertos en patologías constructivas, ayuda a diagnosticar de forma preliminar la responsabilidad según el tipo de grieta.

Diagnóstico de responsabilidades según tipo de grieta
Tipo de Grieta Posible Causa Responsable Principal Plazo LOE
Estructural a 45° Problema cimentación/estructura Arquitecto (diseño) 10 años
Junta dilatación Problema ejecución Aparejador + Constructor 3 años
Fisura superficial Defecto acabado Constructor 1 año
Humedad + grieta Impermeabilización deficiente Responsabilidad solidaria 3 años

Ahora bien, la LOE contiene un arma muy poderosa para el propietario: la responsabilidad solidaria. Como establece el propio Tribunal Supremo, esto significa que, si no es posible determinar con precisión la causa o el culpable, puedes reclamar la totalidad de la reparación a cualquiera de los agentes intervinientes (promotor, constructor, arquitecto, aparejador). Esto es de vital importancia, tal y como confirma una sentencia del Tribunal Supremo sobre responsabilidad solidaria, que te permite dirigir tu reclamación contra el más solvente, quien luego tendrá que «pelearse» con los demás para repartir la culpa.

Puntos clave a recordar

  • El Libro de Órdenes y Asistencias es la única fuente de verdad legal en una obra; lo que no está escrito, no existe.
  • Ante un conflicto entre técnicos, exige siempre una notificación formal por escrito para generar trazabilidad y delimitar responsabilidades.
  • La Ley de Ordenación de la Edificación (LOE) te protege con garantías de 1, 3 y 10 años, y con el principio de responsabilidad solidaria.

¿Cuál es el orden lógico de los trabajos en una reforma integral para no deshacer lo hecho?

Una reforma integral es una coreografía compleja donde decenas de gremios deben intervenir en el momento justo. Un error en el orden de entrada no solo genera retrasos, sino que obliga a deshacer trabajos ya terminados, con el consiguiente sobrecoste. Aunque cada proyecto tiene sus particularidades, la secuencia lógica de los trabajos es un estándar en el sector que busca proteger lo ya construido y optimizar los tiempos.

El proceso se puede dividir en grandes fases, que van de lo más «sucio» a lo más «limpio»:

  1. FASE 1: Derribos y Estructura. Se eliminan tabiques, suelos y techos antiguos. Si se modifica la estructura (abrir un muro de carga), se realiza en esta fase. Es el momento de validar los nuevos espacios diáfanos.
  2. FASE 2: Instalaciones en regata. Con los espacios abiertos, se realizan las rozas en las paredes y suelos para pasar todas las nuevas instalaciones (fontanería, electricidad, clima, telecomunicaciones). Es el punto de control para replantear la ubicación final de enchufes, tomas de agua y puntos de luz.
  3. FASE 3: Cierre de tabiques y techos. Entran los albañiles y pladuristas para levantar las nuevas paredes y falsos techos. Antes del cierre final, es tu última oportunidad para fotografiar el recorrido de todas las instalaciones.
  4. FASE 4: Revestimientos de paredes y suelos base. Se instalan los alicatados en baños y cocinas, y se preparan las bases para los suelos finales (soleras, nivelación).
  5. FASE 5: Carpinterías. Se instalan las carpinterías exteriores (ventanas) y las interiores (puertas de paso, armarios empotrados).
  6. FASE 6: Pintura y acabados finales de paredes. Con los suelos protegidos, se procede a pintar o instalar otros revestimientos murales.
  7. FASE 7: Suelos finales y rodapiés. Se instala el pavimento final (parqué, tarima, gres). Es uno de los últimos trabajos para evitar que se dañe.
  8. FASE 8: Montajes finales. Se montan los muebles de cocina, los sanitarios, los mecanismos eléctricos (enchufes, interruptores) y las luminarias.

Una de las decisiones estratégicas más importantes es si gestionarás tú mismo la contratación y coordinación de todos estos gremios o si delegarás todo en un constructor o empresa de reformas que ofrezca un servicio «llave en mano». Aunque gestionar los gremios por separado puede parecer más barato inicialmente, a menudo conlleva sobrecostes por falta de coordinación. El siguiente cuadro resume las implicaciones de cada opción.

Gestión de gremios vs. Constructor único
Aspecto Gestión propia de gremios Constructor único
Coste inicial Potencialmente más barato Mayor inversión inicial
Coordinación Responsabilidad del propietario Delegada en el constructor
Riesgo solapamientos Alto (vacíos de responsabilidad) Bajo (responsable único)
Control tiempos Muy difícil de gestionar Planificación más fiable
Garantías Fragmentadas por gremio Unificada en el constructor
Sobrecostes finales Frecuentes (pueden superar el 15%) Generalmente controlados

En definitiva, tomar el control real de tu obra no requiere conocimientos técnicos de construcción, sino la astucia para usar el sistema a tu favor. Al exigir documentación, seguir los protocolos y conocer tus derechos bajo la LOE, transformas tu rol de un cliente preocupado a un promotor informado y con autoridad. El siguiente paso lógico es aplicar este conocimiento desde el inicio de tu próximo proyecto o implementarlo de inmediato en el que ya está en marcha para reconducir cualquier conflicto.

Preguntas frecuentes sobre la gestión y responsabilidades en una obra

¿Quién debe firmar obligatoriamente el CFO en España?

El Certificado Final de Obra debe ser firmado por el Director de Obra (Arquitecto) y el Director de Ejecución de Obra (Aparejador/Arquitecto Técnico). El constructor no firma el CFO, sino el Acta de Recepción.

¿Qué pasa si un técnico se niega a firmar el CFO?

Si hay desacuerdos (como honorarios pendientes), se puede recurrir a la mediación del colegio profesional o, en última instancia, interponer una demanda judicial de otorgamiento de documento.

¿Puedo escriturar sin el CFO visado?

No. Sin CFO visado no se obtiene la Licencia de Primera Ocupación, sin la cual no se pueden dar de alta suministros ni formalizar la escritura de obra nueva terminada.

Escrito por Javier Martínez, Arquitecto Técnico y Aparejador colegiado con 18 años de experiencia en dirección de ejecución de obras residenciales en España. Especialista en control de costes, gestión de licencias municipales y seguridad en obra.